CRISTIANISMO SOCIALMENTE RESPONSABLE Por: Hugo Toro. ![]() Constantemente estamos condicionados a mantener al margen la vida ordinaria y la vida espiritual; solemos pensar que nuestra vida espiritual debe concentrarse únicamente los domingos durante misa, y obviamos que la invitación permanente del Señor es a hacer de TODA la vida una aspiración cristiana para alcanzar la santidad. Esta es la razón por la que las cuestiones que ocurren en nuestra sociedad no nos pueden parecer ajenas, impregnar nuestra calidad de ciudadanos, de padres, de amigos, de trabajadores, del espíritu cristiano esencial es un deber y no una condición. Ahora bien, responsable es una palabra de origen latino, que etimológicamente significa “tener la capacidad de responder”; ser responsables es tener la capacidad de responder de nuestros actos y de nuestros deberes, el cristiano sabe que tenemos responsabilidades como católicos y como Hijos de Dios. Pero, ¿qué responsabilidades sociales tenemos en esta época? Las responsabilidades sociales son aquellas cuestiones en las que debemos tener la capacidad de respuesta en ámbitos como el deber civil, los derechos que constitucionalmente poseemos, los deberes ciudadanos, los temas de urbanidad y las cuestiones referidas a los temas actualizados en la política. Sepamos con claridad que la persecución contemporánea de la Iglesia, que no ha terminado desde los tiempos del Imperio Romano, no se da en forma de crucifixiones y otro tipo de barbaridades que en nuestra época serían impensables, la persecución que la Iglesia padece y los cristianos padecemos viene dada por la legalidad, es una persecución institucionalizada, cobijada bajo el régimen jurisdiccional de las constituciones. Esto no es nada nuevo y grandes teólogos de nuestros tiempos como el padre José Antonio Fortea coinciden en que es a través de las instituciones y las leyes que la Iglesia lenta y paulatinamente se va viendo arrinconada y seccionada para ser censurada; pensemos bien que leyes oponentes que por un lado apelan por la libertad de expresión y por el otro censuran las opiniones y posturas ideológicas o religiosas son el pan nuestro de cada día. Cierto es que tanto a la Iglesia como al Estado conviene permanecer separados pues históricamente, cuando han hecho comunión, las desviaciones se perpetúan y acentúan de uno y otro lado. Pero no por esta conveniencia estructural los cristianos que formamos la Iglesia debemos permanecer indiferentes a los acontecimientos políticos que se llevan a cabo en nuestras sociedades. Responsabilidad primera será que cualquier cristiano-ciudadano haga caso de las propuestas que los políticos realizan, pues de la legalidad pueden surgir monstruos persecutorios que atenten contra el Bien, la Razón y la Belleza en su sentido teleológico y profundo; recordemos con tristeza y marcados por la huella que dejaron, las ominosas leyes de Nüremberg que permitieron al régimen nazi cazar y destrozar familias acogidos por la ley. ¡Sepámoslo bien! La ley y el Bien no siempre van de la mano. El régimen nazi, el régimen comunista de la Unión Soviética, el régimen comunista norcoreano; son ejemplos de lo que ocurre cuando los ciudadanos omiten y actúan con indiferencia espiritual ante los eventos políticos que en su realidad inmediata acontecen. La invitación es una: ¡Que Dios sea guía e inspiración para nuestro correcto uso de las responsabilidades sociales que nos conciernen!
0 Comments
|
Pbro. Juan José González Sánchez.Párroco de Nuestra Señora de la Piedad Narvarte. Índice de Artículos:
|